Cuando fundamos Burde en 1991, a simple vista parecíamos cualquier otra empresa de agenda. Pero algo no nos cuadraba. No podíamos encontrar en ningún lado agendas que reflejaran las personalidades, sueños y metas de las personas a nuestro alrededor—nuestros amigos y familias.

Todo era marrón o negro y se veía igual. Pero los sueños no son solo marrones o negros. Así que tomamos el asunto en nuestras propias manos y diseñamos una agenda que el mundo nunca había visto antes. Era rosa.

Desde entonces, todo ha cambiado. En los bosques de Småland, donde Burde tiene sus raíces, estamos acostumbrados a forjar nuestro propio camino. Los gigantes de la industria se burlaban a nuestras espaldas, pero nos mantuvimos firmes. Hemos aprendido el valor de mirar hacia adelante—y nunca hacer lo que todos los demás hacen solo por hacerlo. Y valió la pena. Hoy, somos el principal proveedor de agenda en los países nórdicos.

En Burde, nuestro equipo de diseño es el corazón de nuestro éxito. Con un agudo sentido de las tendencias y las ideas, traen inspiración de vuelta a la mesa de trabajo. Igual que cuando creamos nuestra primera agenda rosa, cada producto de nuestra gama está diseñado con esmero. El resultado es un surtido único e increíblemente amplio que nadie más puede ofrecer. Nos sentimos muy orgullosos de nuestros productos, por eso cuidamos cada detalle al máximo. Nada queda al azar. Sabemos que nuestras agendas forman parte del estilo de vida y la rutina diaria de nuestros clientes, así que cada producto tiene que ser perfecto.

Pero no solo vendemos agendas. Ayudamos a las familias a organizar su día a día, empoderamos a mujeres enfocadas en su carrera para que alcancen sus metas, damos tiempo a los artistas para crear y apoyamos a cualquiera que quiera tomar el control de su tiempo. Nos negamos a dejar de desafiarnos y queremos seguir sorprendiendo al mundo que nos rodea. Aunque seamos los más grandes del sector, seguimos siendo los rebeldes de Småland. Los de la agenda rosa.